Los indios de una remota reserva preguntaron a su nuevo jefe si el próximo invierno iba a ser frío o apacible. Dado que el jefe había sido educado en una sociedad moderna, no conocía los viejos trucos indios.
Así que, cuando miró el cielo, se vio incapaz de adivinar qué iba a suceder con el tiempo… De cualquier manera, para no parecer dubitativo, respondió que el invierno iba a ser verdaderamente frío, y que los miembros de la tribu debían recoger leña para estar preparados.
No obstante, como también era un dirigente práctico, a los pocos días tuvo la idea de telefonear al Servicio Nacional de meteorología.
– ¿El próximo invierno será muy frío? – preguntó.
-Sí, parece que el próximo invierno será bastante frío – respondió el meteorólogo de guardia.
De modo que el jefe volvió con su gente y les dijo que se pusieran a juntar todavía más leña, para estar aún más preparados.
Una semana después, el jefe llamó otra vez al Servicio Nacional de meteorología y preguntó:
– ¿Será un invierno muy frío?
– Sí – respondió el meteorólogo- va a ser un invierno muy frío.
Honestamente preocupado por su gente, el jefe volvió al campamento y ordenó a sus hermanos que recogiesen toda la leña posible, ya que parecía que el invierno iba a ser verdaderamente crudo.
Dos semanas más tarde, el jefe llamó nuevamente al Servicio Nacional de Meteorología:
– ¿Están ustedes absolutamente seguros de que el próximo invierno habrá de ser muy frío.
– Absolutamente, sin duda alguna – respondió el meteorólogo – va a ser uno de los inviernos más fríos que se hayan conocido.
– ¿Y cómo pueden estar ustedes tan seguros?
– Coño, porque los indios están recogiendo leña como locos!!!