Página de Chistes

La gata y la suegra en casa

Mi esposa y yo estábamos ya listos para irnos a una fiesta en la finca de unos amigos. Encendí la luz del porche y conecté el contestador telefónico. Tapé la jaula del loro, saqué la gata al patio y pedí un taxi por si regresaba con aliento alcohólico … llegó enseguida.

Al abrir la puerta de calle para salir, la gata que estaba en el patio, se metió como bólido a la casa, pero no podemos dejarla adentro porque siempre anda tratando de comerse al loro.

Entré para atraparla y sacarla nuevamente al patio; subió rapidísimo las escaleras y tuve que perseguirla. Mientras tanto, mi esposa va y se sienta en el taxi. Para que el taxista no sepa que no habrá nadie en casa durante la noche, le dice al chofer:

– «Mi marido viene enseguida; subió a despedirse de mi mamá.»

Unos minutos después, me meto al taxi:

– «Perdón la demora» dije. «La muy estúpida estaba escondida bajo la cama. Tuve que enlazarla con una soga para sacarla. Trató de escaparse, así que la agarré del cogote y le di unas palmadas para calmarla. Pero comenzó a sacudirse como loca y la tuve que envolver en una manta porque la desgraciada me quería arañar. Así que para evitar que se escapara, la arrastré del culo por las escaleras y la tiré al patio.

¡Es un quilombo lo que hay que luchar con ella cada vez que salimos!» Los ojos de MI MUJER se salían de sus órbitas y… el taxista … PARÓ EL AUTO y ME ESTRECHÓ LA MANO DICIENDO:

«¡¡LO FELICITO, ASÍ SE HACE!!»

 

Salir de la versión móvil