Se encuentran dos amigos y uno le dice al otro:
– El otro día hice mi primera clase de pilotaje de aviones con un instructor de vuelo.
– ¡Qué bien! – responde el amigo- ¿y qué tal te fue?
– Pues la verdad, no sé que decirte. Al principio todo iba muy bien, pero cuando ya llevábamos veinte minutos de vuelo, el instructor dejó los mandos del avión, sacó una pistola del bolsillo y mirándome fijamente me dijo: «Mira guapo, te voy a dar dos opciones: o bien te bajas los pantalones y te agachas hacia adelante para que te la meta o bien saltas de éste avión sin paracaidas…»
– ¡Pardiez!- exclamó el amigo- Imagino que saltarías, ¿no?
– Bueno, pues la verdad es que al principio un poquito…