Eran dos ladrones que entraron a la casa de un millonario. Justo en la puerta encuentran un letrero que dice:
– «Cuidado con el perro». Uno de los ladrones, el miedoso, le dice al otro:
– Oye, ¿Has visto el letrero?
El otro le responde:
– No hagas caso de lo que dice, la mayoría lo pone para espantar a los ladrones como nosotros, así que muévete y entra por atrás.
El ladrón muy obediente se va por la parte de atrás y encuentra una antena parabólica y regresa a la entrada todo asustado, todo tembloroso, el otro ladrón lo ve y le pregunta:
– ¿Qué pasa, has visto al perro?
A lo que le responde:
– No he visto al perro, pero sí el plato donde come.