En una tranquila ciudad vivía un señor al que le decían “El Curro”. Cerca del Curro se mudó un jovial japonés, quien no sabía pronunciar bien la erre «R». Una mañana, se encuentran los dos y el japonés dice:
– Buen día señol Culo.
Por supuesto que al Curro no le hacía gracia, pero lo dejó pasar.
Durante la siguiente semana seguía con el mismo saludo.
El Curro no pudo aguantar más y se compró dos perros pastor Alemán y los entrenó para atacar al japonés.
─ Cuando el japonés se acercó para saludarlo, el Curro le echa los perros…con suma rapidez, el asiático sacó dos cuchillos de los pantalones, listo para enfrentarse a los perros.
─ El Curro se da cuenta que el japonés va a cortar a los perros y pega un silbido para que los perros entren a la casa.
─ Esto se repite varias veces, hasta que el japonés decide hacer una denuncia en la comisaria.
El comisario le pregunta cuál es su problema.
─ El japonés le responde:
-Mile señol comisalio, mi denuncia es polque los pelos del culo no me dejan caminal.
─ El comisario se quedó perplejo, pero le siguió la corriente y le dijo: -Bueno amigo, pues córteselos.
─ El japonés respondió:
-Eso es lo que quilo hacel, pelo cada vez que los voy a coltal, el Culo silba y los pelos se van pala dentlo…