En un restaurante uno de los comensales de una mesa, repara que el camarero, lleva una cucharilla de las de café en el bolsillo de la chaqueta.
Se fija un poco mas y comprueba que todos los camareros llevan cucharillas en los bolsillos de sus respectivas chaquetas.
Intrigado, le pregunta al camarero:
– Oiga! Lo de la cucharilla en el bolsillo ¿es por algo?
– Si señor, es que ha habido una consultoría para ahorrar costes. En ella se ha comprobado que la cucharilla de café es la pieza que más veces se suele caer al suelo, nosotros la reponemos inmediatamente y en el siguiente viaje a la cocina volvemos a colocarnos otra. De esta forma ahorramos un 3 por ciento de nuestro tiempo.
– Aah, muy inteligente, sí señor.
Al rato, el mismo comensal, observa que le cuelga un hilito hábilmente disimulado de la bragueta. Igualmente comprueba que todos los camareros están en la misma situación.
Vuelve a preguntar al camarero:
– Oiga, perdone usted… Lo del hilito en la bragueta seguro que también tiene una explicación ¿verdad?
– Efectivamente. En la misma auditoría se ha comprobado que por la cantidad de horas que nos pasamos en el restaurante, tenemos necesidad de ir varias veces al servicio. Con la cuerdecita nos la sacamos sin tocarla, con lo cual evitamos perder tiempo lavándonos las manos lo que produce un ahorro del 4 por ciento en el total de la jornada.
Se queda el comensal pensando y dice:
– Bueno para sacarla, muy bien, pero ¿cómo se la guardan?
– Los demás no lo sé, yo uso la cucharilla!!